lunes, 17 de junio de 2013

Hongos en el granito

Por Josué Martínez Sánchez
Foto: Yoan Zaldívar
Los hongos de José Emilio Fuentes Fonseca pretenden nacer del concreto del parque Calixto García y detener así la mirada indiferente, domesticada, de los transeúntes. De la misma manera que sus elefantes conmocionaron el tránsito de la urbe capitalina y un caballo de metal pacía frente a su casa. Así los romeros y los que van o regresan de sus casas pueden conocer el arte de uno de los jóvenes creadores cubanos más provocativos y eficientes en su comunicación.
A José Emilio Fuentes Fonseca (JEFF) se le compara con frecuencia a un artista naif, ya que trabaja temas relativos a la infancia y al infantilismo, con una predilección evidente por los juguetes y los códigos que refieren al arte de los niños.
Los que asistimos a la conferencia de prensa donde informó sobre su quehacer, pudimos escuchar su tono pausado, reflexivo, por momentos inaudible, donde recordó su infancia en un hogar muy humilde, cerca de la naturaleza. Su descubrimiento de la pintura y todo lo que esta brinda.
Momentos importantes de su vida artística son, sin dudas, la subvención de la Ludwig Foundation para producir su instalación « Landscape at 21», así como su primera exposición en solitario en el Museo Álvaro Reinoso de La Habana. Allí « El Rostro Inocente» le dio amplio reconocimiento. José Emilio expone en espacios abiertos donde pueda lograr una interacción con el público.
Otro  impulso en su carrera fueron los doce elefantes metálicos para la Bienal de La Habana de 2009. Los mismos fueron vistos en horas de la noche en varios puntos neurálgicos de la capital.
Para el crítico Nelson Herrera Ysla, la obra de José Emilio “es de una singularidad estremecedora en el arte cubano actual. No se adscribe a ninguna de las corrientes dominantes que optan por un enfoque crítico de sus contextos, expresado en múltiples medios expresivos y el cruce de ellos, o por las que privilegian revisitaciones formales de tendencias históricas como demostración de buen oficio, apropiaciones críticas y madurez: llámense abstracción, surrealismo, expresionismo, transvanguradia, pop art”.
 “Tampoco aprovecha las sobradas ventajas que el conceptualismo o el minimal brindan a los artistas hoy, ya sea aferrándose de manera ortodoxa a su versión original o a esa otra (para engrosar la larga y a ratos abrumadora lista neo) trasvasada de sutilezas contextuales, humor, ironía, parodia, acomodada a los más diversos contextos culturales existentes gracias a su versatilidad instrumental. De manera significativa, para no decir asombrosa, excluye la fotografía y el video, otras de las expresiones favorecidas últimamente por artistas de tantas filiaciones y generaciones”.

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