sábado, 9 de junio de 2012

Los otros que se pierden en el Amazonas

Por Richard Rubio Elías / rrubio@radioangulo.icrt.cu
El público aprecia la muestra fotográfica en la sala principal del Centro provincial de Artes Plásticas en Holguín. Foto: Cortesía del Centro provincial de Artes Plásticas.Recientemente concluyeron en Holguín, Cuba, las Romerías de Mayo, espacio abierto a todas las manifestaciones del arte y, a su vez, foro internacional para defender la cultura identitaria de cada participante, el cual legitimó el diálogo sobre el pensamiento social desde la contemporaneidad.

Babel, evento que se desarrolla dentro de las Romerías, marcó un torbellino de ideas con obras sumergidas en la realidad vivencial rozando en ocasiones lo periférico desde una mirada ambientalista, las que fueron expuestas en la sala principal del Centro provincial de Artes Plásticas, en la Ciudad de los Parques.

El principal protagonista de Babel 2012 fue el gigante sudamericano, que reunió a los brasileños Ricardo Marujo con la muestra El cuerpo deseado, y Rodrigo Petrella con “Los otros”, esta última consiste en una colección de fotos de los indígenas que habitan el Amazonas.

Las muestras llegaron a Babel gracias a la colaboración del Comisario Amador Griñó y la Galería Paralello, de la ciudad de Sao Paulo.

Estas colecciones de instantáneas fueron donadas a la urbe holguinera por sus autores y se mantendrán en exhibición en el Centro de Arte durante el mes de junio, según pude conocer en el departamento de Relaciones Públicas de la institución.

Indígena de la región amazónica con el atuendo característico. Foto: Cortesía del Centro provincial de Artes Plásticas.En sus fotos, Petrella nos da una aproximación de los seres humanos que habitan la cuenca de la Amazonía, donde muestra el otro rostro de lo bello en estado natural de los pueblos originarios del Brasil.

Además, se observa con justa claridad la defensa de sus costumbres, hábitos y tradiciones en pleno entorno amenazado por mezquinos intereses del mundo capitalista, que ponen en un abismo a más de 500 mil tribus y su medio ambiente.

Esas imágenes son el tributo de la singularidad de la Humanidad, logrado en ocho años de trabajo para dejar ver la existencia de estos pueblos y su cultura, a partir del arte sin pretensiones antropológicas, según el propio Petrella.

El poder de las fotografías se expande y atrapa el placer de visualizar lo desconocido, un goce estético que estimula el pensamiento para lograr con hechos concretos la preservación del ecosistema amazónico, que expertos ambientalistas consideran el pulmón del planeta.

Quinientos años de confrontación, convivencia y mestizaje humano y cultural facilitaron el acrecentamiento de los elementos de juicio a la hora de mirar los trabajos.

Admirar los componentes formales y compositivos de las piezas desde lo asombroso pero, más libre visualmente, en busca de la razón, permitirá asociarlo con experiencias propias y así interactuar con el medio ambiente de manera positiva para la supervivencia del planeta.

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