sábado, 5 de mayo de 2012

Nube en tierra: laboratorio creativo en Romerías de Mayo


Por Yordanis Ricardo Pupo
Fotos: Pedro Luis Bermúdez
Aún cuando la lista de familias dedicadas al arte es inagotable, nunca he podido explicarme cómo puede confluir en un solo linaje tanta pasión y dedicación a la cultura, cómo puede concentrarse en uno o dos apellidos un mismo universo creador.

Los hermanos Triana López son de esa gente que me confunde, qué me hace buscar respuestas. Ellos asisten a las Romerías de Mayo como una peña feliz de pintores que cantan, de cantantes que pintan, de artistas preocupados por las carencias de sus comunidades.

Ernesto estudió historia del arte, es pintor naif y ha compuesto más de doscientos temas musicales. Abel es músico, pero a los 39 años comenzó a pintar y la lejanía de su país le hace plasmar en lienzos la autoconfirmación de ser cubano. Osvaldo es el paradigma pictórico de sus hermanos. Anaís, graduada de Grabado en el ISA, canta diferentes géneros, y Melba, les acompaña en los conciertos.

Hasta hace dos años cada uno estaba en su “globo creativo”, en ciudades diferentes, con ideas y proyectos diferentes. Cuando se juntaban, se pasaban las madrugadas pintando o cantando, pero no se les había ocurrido hacer acciones conjuntas.

Con Nube en tierra han decidido “aterrizar” el talento que de manera natural han tenido toda la vida, y ponerlo en función del público. Por eso están ahora en Holguín, con un programa que incluye talleres de animación sociocultural con niñas y niños, una exposición de artes plásticas y el pre-lanzamiento del disco Uno, en el que todos colaboran.

Sobre estos creadores de arte total, como les gusta definirse, conversamos con Yadira Rubio, esposa de Ernesto y representante del grupo, quien afirma que “no pudieron decidirse por otro camino que no fuera el arte, pues sus inclinaciones le vienen desde que nacieron (la mayoría en la ciudad de Cárdenas, Matanzas).

“Cada uno tiene su firma personal –nos cuenta Yadira-, pero juntos son algo más grande, un torbellino de ideas, un universo contenedor de otros, una madeja infinita de nubes de creación”.
Por ejemplo, Anaís no se puede desatar de su autoreferencia, de lo que le ha pasado en el plano personal, del hecho de ser mujer; Osvaldo transita entre surrealismo y expresionismo, para regalarnos un mundo de ostracismo simbólico; Ernesto refleja una visión cosmogónica, que parte de lo raigal, de lo primigenio, de los ritos del hombre y el respeto al universo, y Abel involucra al ser humano con el ser social, racial, mágico, religioso.

Desde que participó en la banda sonora de la telenovela cubana Bajo el mismo sol, Anaís Triana se toma más en serio la música. En el disco presentado aquí, interpreta temas de su hermano, y la acompañan en los coros otros integrantes de la familia, que es un gran laboratorio creativo, donde todo se graba y recoge.

Nube en tierra también tiene una vertiente de trabajo comunitario y sociocultural. Ernesto y Yadira crearon en su casa el proyecto “El trencito”, que combina juegos interactivos con música, teatro y artes plásticas, y con el que hacen intervenciones públicas. 

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