sábado, 7 de mayo de 2011

Conquista de las estrellas

Por Esther Díaz Pérez

Hasta anoche idolatraba la Secundaria Musical fabricada en Hollywood, donde adolescentes sofisticados ostentan el último grito de la moda y frívolos, riñen por la popularidad. Todo cambió cuando vi cantar y bailar a los chicos del Teatro Real de Quebec, con ritmos contagiosos, cabellos alborotados y ropa informal.

Mis nuevos ídolos son jóvenes enérgicos, sencillos, alegres y sus rostros rebosan de ternura. Para ellos, soñar con las estrellas no es una utopía y representan sus aspiraciones en la obra Starmanía. Una exquisita mezcla de rock and roll, baladas, hip hop y elementos folclóricos africanos que relatan las tristezas, alegrías y esperanzas en su ascenso a la fama.

Tras cada interpretación el público aplaudía con euforia. La señora sentada a mi diestra ladeaba la cabeza de vez en vez; otros movíamos los pies al compás del tambor y la guitarra eléctrica.

Confiesan que “los holguineros son muy amistosos y pacientes. Apreciamos que hayan venido, aunque hablemos otra lengua distinta a la de ustedes. Nos sentimos muy felices de estar aquí.”

El arte desafía las barreras idiomáticas, se resiste a los dogmas y salta vallas con la destreza de un recordista mundial. Así como los lienzos tienen luz propia; el lenguaje del cuerpo, la voz y los instrumentos conversan con el más común de los mortales, venga de donde venga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario