lunes, 3 de mayo de 2010

Los coches, el himno, los jóvenes, el bosque y el rocío

Por: José Ramírez Pantoja

No imagino las Romerías con otra música que esa extraordinaria versión del Himno de la Alegría, interpretada por Miguel Ríos, Ana Belén, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat, que se nos cuela por cada poro de la piel. No imagino a las Romerías sin sus coches en la noche del 2 de mayo, eso que llamamos la pre-Romería, y que no es más que el preámbulo del vendaval artístico que se avecina…

Anoche, las inmediaciones del Parque Calixto García y la Plaza de la Marqueta se convirtieron –como en años anteriores-, en una “piquera” de coches, de donde salimos calle Martí abajo hasta la Avenida de los Libertadores, para rendir tributo a los próceres latinoamericanos. Sin embargo, el brillo del desfile aunque mejor organizado esta vez, se vio opaco pues faltó el Himno de la Alegría.

La extensa fila de coches con los delegados del evento, enardecidos, familiarizados con los cocheros, no importa que nunca los hubieran visto. Llegamos a la Vocacional, la primera “meta”. Sucede el homenaje a Martí, y de ahí la “carrera hacia el Bosque de los Héroes”, detrás de la Plaza de la Revolución.

“No sientes el rocío, este lugar tiene una magia” —no me canso de recordarlo—, así le susurró Alexis Triana hace algunos años, otra noche del 2 de mayo en este mismo bosque, al teatrista Raúl Martín, director del Teatro de la Luna. Realmente es mágico lo que pasa allí, y en esta ocasión no fue diferente: las hermosas canciones de amor del joven mexicano Carlos Carreira atraparon a los jóvenes y “viejos” romeros.

Acompañado de su guitarra, escuchamos temas recogidos en sus primeros cuatro discos, compilados en “La manera de cantar”, su más reciente producción que desde Puebla “…a una hora y media del DF”—como recalcó—, llegó para compartir con los holguineros en los días y noches de Romerías que están por venir.

Cada 2 de mayo, frente a la imagen en bronce de Lucía Íñiguez, solo unas horas antes de inaugurar la gran fiesta del arte joven, todo converge, y aunque el de ayer fue el primer concierto que protagoniza allí una delegación extranjera, la historia se repitió: los coches, el himno, los jóvenes, el bosque y el rocío.

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